Linus no se separa nunca de su mantita azul. Son como la mantequilla de cacahuetes y la gelatina, como los días soleados y un partido de baseball, como Snoopy y el pajarillo Woodstock que siempre le acompaña. Pero un día Linus se da cuenta de que a su abuela no le gusta nada esta manía tan infantil y se plantea separarse definitivamente de su mantita tan querida.
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